My Photo
Name:
Location: Pehuajó, Provincia Buenos Aires, Argentina

Wednesday, April 04, 2007

CÁNTICOS DEL SIERVO DEL SEÑOR


CÁNTICOS DEL SIERVO DEL SEÑOR (Is 42,1-7; 53,12)

Camilo Valverde Mudarra

El “LIBRO DE LA CONSOLACIÓN” atribuido al Segundo Isaías, forma la segunda parte del libro de Isaías. Suele considerarse el primer capítulo, 40, como una recapitulación introductoria, porque contiene las principales ideas desarrolladas en los restantes capítulos. El profeta se dirige en segunda persona del plural sin determinar más, y el fin del destierro es considerado, como la reconciliación de Yahvé con su pueblo, al que castigó sumergiéndolo en la noche de la oscura cautividad. La liberación aparece como la manifestación de la luz plena y alegre. La vuelta de los exilados es idealizada y confundida en la perspectiva con los albores de la era mesiánica.
Las primeras palabras: Consolad, consolad a mi pueblo, han dado título a esta parte de Isaías: “Libro de la consolación”. La idea de consuelo domina y penetra estas profecías anuncio de restauración. La repetición enfática de consolad indica la certeza de la liberación en la mente del profeta, que intenta levantar los ánimos de los pusilánimes y apesadumbrados por tantas calamidades. Mensaje de perdón. La consolación del pueblo desterrado y la consolación de Jerusalén, cuya suerte debía cambiar con la caída de Babilonia, es el objetivo de la actividad profética y el tema de su libro. Consolad a mi pueblo 40,1 es la frase que se repetirá como orden o constatación, el Señor consuela Is 51,12; 52,9). La consolación no se agota en las palabras. Son las obras mismas del Señor las que consuelan: el retorno, la reconstrucción de Jerusalén, el crecimiento del pueblo, la integración de las naciones y, sobre todo, el abandono de todo pensamiento que desconfíe del Señor y de toda práctica idolátrica con la cual podían haberse contaminado en los años de destierro. La consolación es reconciliación y perdón.
El gran "tema" del Segundo Isaías es justamente el del Siervo del Señor. No faltan autores que consideran los cuatro "cantos del Servidor Sufriente" como obra de un autor diferente del 2º Isaías. El vocabulario y el conjunto del tema, es sin embargo, coherente con el conjunto del libro. Aunque ninguno de los cuatro cantos se inserta con naturalidad en el contexto inmediato, lo mismo se podría decir de otros textos de Is 40-55. Estos cuatro cantos presentan un personaje misterioso. Ciertos aspectos comunes a casi todos los "cantos del Siervo", como su sufrimiento actual y el valor representativo de ese sufrimiento, la importancia de su vida delante del Señor, y el lenguaje con alusiones litúrgicas, con el cual se habla del Siervo, establecen una clara diferencia con todos los otros grupos o personajes individuales con los cuales teóricamente se podría identificar e1 Ser Sufriente.
Lo importante es la perspectiva completamente nueva en el Antiguo Testamento y en el mundo religioso. El sufrimiento es un camino hacia Dios, no solamente una realidad de la cual hay que pedir la liberación (como en los salmos). Y ese sufrimiento puede tener valor no solamente para quien sufre, sino también para otros. El que la imagen del Siervo anónimo esté abierta a distintas posibilidades ha permitido a los autores del Nuevo Testamento identificarlo con Jesús, Siervo fiel del Señor, que ha muerto por los demás (véase Mt 12,18-21; 8,17; Lc 22,37; Hch 8,32ss). Lc 1,54 cita uno de los textos que también el Segundo Is aplica a Israel.
Los cuatro cánticos líricos se mueven en una línea teológica y doctrinal que superan la del resto del conjunto en profundidad y en horizontes. Introducen en una de las cimas culminantes de la revelación y de la teología del Antiguo Testamento. Su gran novedad estriba en la misión ignominiosa, expiatoria del misterioso personaje, el Siervo de Yahvé sin igual en todo el Antiguo Testamento, por la que alcanzará una recompensa gloriosa. El Siervo, es un personaje individual, que oye e ilumina, es justo y tiene una fe decidida y fuerte, su misión se extiende por igual a todas las naciones sin ningún matiz nacionalista. Es una salvación puramente espiritual y desprovista de todo matiz político. Viene a convertir al verdadero Dios las almas de buena voluntad, cualquiera que sea su nacionalidad.


PRIMER CÁNTICO DEL SIERVO DEL SEÑOR 42,1-7 YAHVÉE PRESENTA AL SIERVO

Is 42,1-7 es el primero de los así llamados "Siervo de Yahvé", = elegido. Es un breve poema estilizado en la forma de un discurso divino. Se trata de dos cánticos, aunque unidos temáticamente (Is 42,1-4,5-7). A este, como a los demás cantos del siervo, se le dio pronto un sentido mesiánico y de ellos se sirvieron los autores del N.T. para entender mejor la figura de Jesús. La liturgia cristiana, en seguimiento del N.T., lo ha asumido y aplicado a Jesús. Yahvé es el que habla y hace la presentación del Siervo en forma y figura tomadas de los usos y costumbres de la corte.
La discusión sobre la identidad del Siervo se hizo larga: Unos, hablan de un personaje individual; otros sugieren un personaje colectivo, el pueblo de Israel. Finalmente una figura simbólica, que representa un modo peculiar de actuar delante de Dios, que Jesús llevará a su plena expresión.
El texto, en cuestión, muestra un personaje ligado de un modo particularmente estrecho al Señor. El lo ha elegido, lo sostiene y lo considera una "víctima aceptable" (en quien me complazco) Mt 3,17; 17,5: en Bautismo y Transfiguración de Jesús. El Siervo va a traer la salvación a las naciones (Is 42,1). Yahvé ha derramado su espíritu sobre el Siervo, persona que progresivamente se manifiesta decisiva para la historia de su propio pueblo y de las demás naciones y le ha dado el carisma en orden al desempeño de su misión, la de anunciar la ley divina, la revelación de la voluntad del Señor. Esta misión es universal y consiste en "traer, proclamar, implantar la salvación", llevar la verdad salvadora a las naciones. El Siervo desarrolla esta función de una manera sencilla y humilde sin la menor apariencia o gesto de violencia.
Se encuentra en una situación de debilidad y sufrimiento, pero su "llama" no se extingue hasta haber llevado a término su labor. Así pues, es un anuncio de gracia y de esperanza. Las imágenes de Is 42,2-3 describen a alguien que no se lamenta, que no responde, no protesta exteriormente, que pasa casi inadvertido. El Señor ha elegido a su Siervo para constituirlo en alianza del pueblo y luz de las naciones: (6). Que el Servidor lleve la alianza del pueblo significa que ha sido entregado a Israel y a las naciones en don del Señor; sobre el sentido tanto de la expresión luz de las naciones como para abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, del calabozo a los que habitan en tinieblas (Is 42,7): y guiaré a los ciegos por caminos que desconocen; cambiaré ante ellos las tinieblas en luz (16) ¡Sordos, oíd, ciegos, abrid vuestros ojos para ver (18). Este canto Is 42,l-7 es la descripción que el Segundo Isaías hace de un personaje, que asume la palabra de Dios y que se completará en los otros cánticos del Siervo.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home