ESPÍRITU EN LA RED

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Location: Pehuajó, Provincia Buenos Aires, Argentina

Tuesday, June 03, 2008

POESÍA SOCIAL Y URBANA DESDE BUENOS AIRES



POESÍA SOCIAL Y URBANA DESDE BUENOS AIRES


Autor: Carlos Martian, escritor argentino, contemporáneo


LA AUTOPISTA

Garúa en Buenos Aires.
Átomos acuosos visten,
La serpenteante y metálica autopista,
Que aherroja esféricas rutinas.
En su margen un bajito,
Flameando su capa de nada inflorescente,
Se aposenta en su regazo.
No es solo, sino con otros,
Que juntos roen la intemperie.



CROMAGNON


Impalpables nombres nos rozan

Y resuellan en la urbe toda

Ayer, de una pátina mustia.

La rosa de Dalí, ahora,

Emerge con su pena encinta,

Con sus ausencias consteladas.

CARLOS MARTIAN

JUNE MONTH OF THE MERCIFUL HEART OF JESÚS



JUNE
MONTH OF THE MERCIFUL HEART OF JESÚS

PRAYER AT THE HOUR OF MERCY

You expired Jesús, but the source of life gushed forth for souls, and the

ocean of mercy opened up for the whole world.
Oh Fountain of Life, unfathomable Divine Mercy, envelop the whole world

and empty Yourself out upon us.

Oh Blood and Water which gushed forth from the Heart of Jesús, as a

fount of mercy for us, I trust in You.


JUNIO,


MES DEL CORAZÓN MISERICORDIOSO DE JESÚS


ORACIÓN DE LAS TRES DE LA TARDE


Expiraste, Jesús. Pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para

las almas y el océano de tu misericordia inundó todo el mundo.
Oh, Fuente de Vida , insondable misericordia infinita, anega el mundo

entero derramando sobre nosotros hasta tu última gota.

Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, fuente de

misericordia para nosotros, en Vos confío.

¡ESCUCHA A LA TIERRA!


¡ESCUCHA A LA TIERRA!


¡Escucha a la Tierra! ¡Ella te acogió hace mucho tiempo

Tu y los tuyos; ofreciéndoles a todos la vida!

Ella ha colorado su vida en azul, verde, rojo y blanco;

Y con las colores del tiempo, compuso sus vidas…



¡Ella es un universo donde todo es sólo, admiración;

Su naturaleza te prodiga sus beneficios sin contar en el tiempo;

Y tú, la manchas, la privas de los rayos de un sol de oro;

Amenazándola toda entera en su belleza, para regalarle la muerte!



¡Escucha a la Tierra! ¡Grita, llora, suplica.

Tiene daño, e implora sus últimos nacidos de cuidarla,

Como lo hizo para ellos; ofreciéndoles su vida;

Escucha-la agonizar en sus sufrimientos y su fragilidad!



¡Escucha a la Tierra¡ ¡Tu, olvidas demasiado

Que eres el último llegado sobre su suelo;

Que sólo eres un invitado en la escala del tiempo,

Y que para gozar de ella, no debas ser loco!...



Ella quiere renacer de esas agresiones inaguantables,

Y algunas veces; se lo dice; ella se venga con sus propias fuerzas…

¿Pero a saber si eso es venganza implacable

O simplemente si la naturaleza juega con su corteza?



¡No importa las repuestas posibles!

El ser humano debería pronto realizar que ella es su cuna,

Y que sin ella, ninguna vida no seria posible...

¡Escucha a la Tierra! ¡Escucha a la Tierra! ¡Ella fue una tan linda joya…!



Françoise Marie BERNARD

POESÍA SOCIAL Y URBANA DESDE BUENOS AIRES


POESÍA SOCIAL Y URBANA DESDE BUENOS AIRES

AUTORA: MARÍA CRISTINA AZCONA



ACCIDENTE DE TRÁNSITO

Luz roja, flor solitaria,
adorna la esquina del espanto futuro.

A la hora señalada,
las agujas se clavan como astillas de vidrio en la cara.

Un volante que vuela.
Un parabrisa que para solamente brisas.

La vida, en un segundo,
Descubre que el precio del espacio es el tiempo.

Secuela de la estupidez.
Escuela de la invalidez.

Veinte vidas sin suerte
en la tómbola de la muerte.

Del libro “Dos talles menos . . . de cerebro “ de MARÍA CRISTINA AZCONA

CUENTAN

Cuentan días, cuentan meses, cuentan años.
Cuentan sueños, o viejos desencantos.

Esperan luz y no oropeles.
Piel de león, y sin diente de oro. . .

Cuentan en cuenta regresiva.
Es el IVA a la vida sin esparcimiento.

Revolver la basura o
Revólver o . . .

Se les va la vida . . .
Diente cruje, de león, león que ruge.

Dientes de león esparce el viento.

Del libro “Mundo Postmoderno “de
MARÍA CRISTINA AZCONA

Juan Gelman




“Los místicos y los exiliados compartimos la misma ausencia”


Premio Cervantes

(Juan Carlos Rodríguez) Juan Gelman es una inspiración, un verso libre, que se atreve a definir la poesía como indefinible, al mismo tiempo que la encierra en una metáfora inquieta: “Un árbol sin hojas que da sombra”. Un poeta, argentino y exiliado, que se antoja inmarcesible, imposible de reducir a un estilo, a un género, a un único significado. Un lírico que ha explorado a fondo las posibilidades del lenguaje: vanguardista y romántico, a la vez que social y existencialista. Gran poeta amoroso, es un fanático de la poesía mística, de san Juan de la Cruz a santa Teresa y Miguel de Molinos, a la que constantemente regresa y homenajea.

Pletórico y emocionado, Gelman, de 77 años, llegó a Madrid y recogió en el paraninfo de la Universidad de Alcalá el Premio Cervantes, que le condecora como cima de la poesía hispanoamericana. Llegó con su “asamblea de nietos” por delante. Entre ellos, Macarena, de 31 años, nacida en cautiverio y dada en adopción en Uruguay en 1976, después de que sus padres –Marcelo Gelman y María Claudia García– fueran asesinados por la policía de Videla. No se detuvo hasta que en 2000 dio con ella, después de dos décadas siguiéndole el rastro y la vida.

“Ternura o llama / donde crepitan los destierros”, dice uno de sus versos. El mismo que le define. Y que da pie a que le pregunte por cómo su exilio y el dolor ha traspasado desde la experiencia a la poesía.

Una cosa es producto de la otra. Toda la experiencia vivida me ha provocado, en determinados momentos, romper los límites de la lengua. No es sólo un juego formal, sino una necesidad de expresión. Pero el dolor no es la fuente de inspiración. No creo que la poesía nazca del dolor, no al menos del dolor personal; la poesía nace del dolor de la palabra. Y, por supuesto, también de la imaginación. Yo no creo que sea un poeta del dolor; es la imaginación la que corre libremente por mí.

Como una necesidad. ¿No es así?

De otra manera no escribiría. El misterio de la poesía es que no puede ser un ejercicio voluntarista. No se puede elegir de qué escribir, más bien al contrario. Ni tan siquiera cuándo. Ya me gustaría a mí. No considero, por eso mismo, la poesía como una profesión. La poesía es algo que llega cuando ella quiere y no es que uno la pueda invocar o convocar: nadie se sienta a escribir poemas porque quiere o porque se lo propone.

¿Es un impulso místico?

Sí…

De ahí viene su atracción por la mística española…

Los místicos y los exiliados compartimos una misma ausencia: en la poesía de san Juan de la Cruz y en la prosa de santa Teresa hay experiencias que se aplican perfectamente a la vivencia del exiliado. Los místicos hablan de Dios y su ausencia. A mí me ayudaron tremendamente en el exilio, porque eran como la presencia ausente de lo amado. Para los místicos, la ausencia es Dios; para mí, mi país, los compañeros que habían caído, una mujer amada, mis hijos, es decir, todo lo que es pérdida.

¿San Juan de la Cruz es la cumbre?

Es el poeta más alto que ha dado hasta ahora la lengua española. Para mí, Teresa de Ávila, en cambio, es una prosista magnífica. Creo que hay tres experiencias que se asemejan mucho, que son la poesía, la mística y el amor, porque creo que en esas tres se produce lo que se llama el éxtasis, el salir de sí mismo.

¿El amor? Déjeme: ¿Aún no se le ha hecho justicia a su poesía amorosa?

Soy un gran enamorado, por eso escribo tanto de amor. Es, sin duda, una de mis obsesiones. Sí, es verdad, pienso que aún no se ha acabado de destacar del todo. Y, en cambio, se me dibuja como no soy: un poeta político.

En usted se confunde compromiso político y verso político…

No pienso que la poesía sirva como arma política, ni mucho menos que vaya a derribar a un dictador. Todos tenemos que estar alerta de lo que pasa, pero la poesía puede coincidir con las circunstancias externas en la medida que éstas coincidan con las circunstancias del corazón. La poesía, si es algo, es pura creación. Yo no creo en el compromiso de la poesía, prefiero estar casado con ella. Eso es mi vida.

Pero es un matrimonio lleno de obsesiones, de vértigo…

Todo el que escribe tiene unas pocas obsesiones. Algunas se van y luego renacen. En mi caso, se llaman amor, otoño, niñez, revolución y muerte. Y es que el tiempo funciona como una espiral que hace que, aunque escribas de lo mismo y las obsesiones sean las mismas, éstas giren y se vean de otra manera. Me entero de lo que pasa en mi interior cuando escribo.

¿Aprendió del exilio escribiéndolo?

Sí. El exilio es algo brutal, un vacío. A nadie le gusta ser exiliado, ni condenado a errar fuera de su país, ni a ser privado de su derecho a la democracia. Viví en Roma, en París, en Madrid… son ciudades excelentes, pero que no podían en ningún momento cubrir la ausencia de mi territorio. Pero no sólo escribir; también el conocimiento de los poetas me ha enriquecido mucho. Gracias a ellos, descubrí territorios que ignoraba poseer y otros que no tenía porque no había descubierto a esos poetas.

Confiese: su constante insatisfacción con su obra es sólo humildad…

No, no. Un poema nunca se acaba. Yo no sé muy bien cómo se da el proceso de la forma y el contenido en mi interior; lo que sí conozco es el resultado. Y la poesía es una insatisfacción permanente, porque la distancia de lo que se escribe y lo que se quiere decir es muy grande. Pero yo renuncié hace mucho a examinar mi poesía como si fuera un crítico.

¿Por qué?

Me cuesta demasiado hablar de mi poesía o reflexionar sobre ella. En este sentido, me gusta decir una vieja leyenda que me contaba mi mamá, que decía que un día estaba una arañita al borde del camino y pasó el ciempiés. La arañita lo detuvo y le preguntó cómo hacía para caminar, si primero movía las 50 patas de la derecha, luego las 50 de la izquierda, cinco y cinco, dos y dos, una y una. El ciempiés se quedó pensando y no caminó nunca más.

¿Pero tendrá alguna definición de la poesía, no?

Para mí la poesía es un instrumento para saber algo del porqué de la vida. La poesía es imposible de definir; sólo por aproximación podría decir que es como un árbol sin hojas que da sombra. Pero es una entre las mil que se podría citar.

¿Y qué hay del poeta en el periodista que usted fue o, si me lo permite, qué hay del periodista en el poeta?

El periodismo y la poesía son dos géneros distintos. En mi caso, mi trabajo periodístico preferido siempre fue el de cronista; siempre en la calle. De ese modo, entré en contacto con aspectos del lenguaje que nunca me habría encontrado. ¿Hasta qué punto ese lenguaje entró en mi poesía? Eso es algo que no sabría decir.

¿Cómo se siente alguien que ha sido galardonado con el Premio Cervantes?

No encuentro las palabras, es una emoción muy intensa, intensísima. Es el Nobel de las letras españolas. Este reconocimiento significa Cervantes, el Quijote y las novelas ejemplares. Significa mucho para mí porque es el premio más preciado de la lengua. Simplemente su nombre connota muchas cosas.

Al menos, contribuirá a que su poesía llegue a nuevos lectores, ¿no?

Los premios son estímulos; el único defecto que tienen es que no escriben por uno, pero son agradables de recibir. Pero es cierto que los premios ayudan a difundir una obra. Y eso es particularmente importante en un ramo como la poesía, que viene a ser una especie de cenicienta del arte.

ENTREVISTA DE JUAN CARLOS RODRIGUEZ, TOMADA DE LA REVISTA ESPAÑOLA “ VIDA NUEVA”

UNA RAMA DE ÁRBOL


UNA RAMA DE ÁRBOL

Engalanaba el sol, la tierra colorida.
Entre sus verdes, azules, amarillos y pujantes granates, sollozaba entre la hierba una rama de árbol santo.
Ella, la rama, preservaba sus hojas cual delicada esencia.
Recostada, agotada en su figura casi mustia, cree anticiparse a una presencia aleteando sonidos de paz.
La paloma, blanca como la pureza, se acodó entre las hojas deshilachadas de la rama y con mucha sutileza comenzó a interrogar:
- ¿Qué te ha pasado? ¿Acaso te han mutilado? -
Descargándose de su poca energía, la rama le contesta:
- Creí alguna vez interpretar la benevolencia del mundo.-
- Y te equivocaste. -
- Me cuesta aceptarlo todavía. ¿Qué mal pude haber hecho para ser cortada, abandonada, despojada de mi ser y ni siquiera reconocida? -
- ¿Cuál es tu ser? - agregó la paloma.
- Mi ser es el mismo que el tuyo. Es la vida misma. El aire que respiras. La libertad que permite tu vuelo. La ausencia de temores. La alegría de ver el sol. Los cabellos de la luna reflejados como plata en el espacio infinito. La alborada, compañera inseparable del mañana. -
- ¿Todo eso es el “ser”? -
- Eso y mucho más. ¿Quieres que continúe? -
- Sí, quiero. -
- Son tus colores y los míos creados para mejorar la naturaleza, para saciar la vida de las personas, para envolver con cada rollo de alfalfa, la esperanza de la próxima cosecha. Son mis retoños y los tuyos. -
- ¿Qué más? -
- Es el alma ejecutando una melodía universal. También lo es la musa inspiradora del amor, colgando de tu pico barriletes de ternura, o en mi caso, deshojándome en la brisa suave de la Creación. -
- Continúa por favor. -
- El ser es esa parte tan profunda que se abre en tu interior, para volar, para cantar, para reír, para soñar, para crear, para ayudar, para perdonar y también para enjugar tus lágrimas y las mías. Para reconocerte, para encontrarte contigo misma y con los demás. Es la paz tan deseada que todo ser viviente necesita. -
- ¡Cómo tú, una simple rama de hojas verdes puede determinar o alentar vivencias tan espirituales! -
- Gracias a Dios te has dado cuenta, pues no soy una simple rama de un simple árbol -
- ¿Quién eres entonces? -
- Creí que me descubrirías. ¡Tantas veces nos logotizan juntas llevándome en tu pico! Soy una rama de aquellos ocho retoños que aún existen en el Monte de los Olivos en Jerusalén. -
- ¿De allí vienes? -
- Sí, de allí vengo, representando el mensaje evangélico que en ocasiones ambas proclamamos. -
- ¿Pero entonces yo soy la paloma de la paz y tú una rama de aquellos árboles santos llamados Olivos?
- Tú lo has dicho. -
- Bueno, mira - dijo la paloma - No te preocupes. Yo te liberaré de tus ataduras y sanaré tu corazón, para que juntas podamos realmente anunciar la Gloria de Dios. No te olvides que tu mutilación no fue en vano, porque Cristo también vivió cosa semejante para poder demostrar al mundo su poder y su gloria. -
- Estemos atentas - agregó la paloma - La humanidad necesita de las dos para revestirse de santidad. De amor, de benevolencia y caridad.
La paloma conmovida aún por el discernimiento de la rama, la recoge con su pico y desde ese mismo instante se elevan en un vuelo de paz y libertad.


AUTORA: MARÍA ESTER BEACON
(MOLLY BIC) ESCRITORA DE CÓRDOBA- ARGENTINA

EL ESPÍRITU SANTO Y LA PAZ


EL ESPÍRITU SANTO Y LA PAZ

Si Dios da su Espíritu sin medida a cada persona para cumplir su misión – dentro la libertad y el amor – y complementa los dones de cada uno con el de los demás, es para hacer que el mundo sea un lote donde crezca la justicia que trae la paz.

De aquí que si observamos que existen los yuyos de la injusticia, señal es que debemos todos y cada uno ahondar en nosotros mismos y en nuestra relación con la Naturaleza y con los demás, porque somos co-responsables de lo que hemos recibido: la tierra , el mundo y las personas, los cuales tienen derecho al respeto , al cuidado y a la armonía.