ESPÍRITU EN LA RED

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Location: Pehuajó, Provincia Buenos Aires, Argentina

Monday, August 11, 2008

EL FOSO, poema de Gustavo Tisocco



EL FOSO

Niña
afuera llueve
no te acerques al aljibe
que puedes caer al foso.

El foso es penumbra,
humedad y tragedia.

Niño
afuera hay sol,
no te acerques al aljibe
que puedes caer al foso.

El foso es para suicidas,
ladrones y asesinos.

Madre, estamos ya en el foso. . .
aquí hay cadáveres honestos,
sueños desechos, hermanos torturados.

Rescátanos
y desenmascaremos juntos a los duendos verdes
que habitan entre las flores.

GUSTAVO TISOCCO (Provincia de Corrientes -Argentina )


Del CD " Huellas " - Obra "Entre soles y sombras "

TU, poema de SUSANA ROBERTS


Tu


que eres pastor de una brisa

con puntos estelares que se encienden

en la silueta de la luna


tú supervisas vientres fragmentados

que gravitan pellejos

cuando cavilan los ruegos


tú que eres harina de molienda

y le muestras al sol todas sus edades


yo me inscribo con el látigo del tiempo

al curso sencillo donde se pliegan

páginas amarillas con rumores de salmo

troqueles al paraíso y la sutil transparencia

de noble lentitud que jadea la esperanza


tú y yo , sin más

sobrevivimos al metal acorazadoa la sombra de olivos y cerezos

al costado de un río y sus sueñosde inciensos depurados

dejando el duro acento en el cristalel alma en bella for

sin que se ponga a roncar el viento

en el cruce veloz de todas las espigas.


Autora: SUSANA ROBERTS ( Trelew, Argentina )

PAZ , poema de ELÍAS GALATTI


PAZ 2008

El fuego ancestral quema tu mirada
el frío polar de los glaciares
cual helado manto de alborada
cubre tu conciencia, aplaca tus ganas.

La madre parida, con voz desesperada
grita el dolor de los hogares
que emergen marchitos de la tierra desvastada
para volver a comenzar de la nada.

¿Dónde quedó la vida soñada?
Los sones de la guerra ocupan sus lugares
tu alma de poeta ha sido despojada
de sus virtudes puesta en los altares.

La paz es hoy palabra extraviada
la máquina bélica gasta dinerales
sus armas, sus bombas, han sido solventadas
con pobreza, enfermedad y angustias sociales.

¿Dónde está hombre tu pasión amada?
Que fue de tu deber, tus conductas morales
mira a tu interior y la verás reflejada
busca el destino en los dones celestiales.

Porque la paz es tu deber, y en tu morada
no hay espacio para frivolidades
asume el compromiso, la palabra predicada
es la luz que procura mover las voluntades.


Elías D. Galati
wolfie@speedy.com.ar

JESUCRISTO, poema de Marita Ragozza traducido al catalán por Pere Bessó


JESUCRISTO


Autora: MARITA RAGOZZA DE MANDRINI

Toca el corazón mismo del hombre,
deja a su paso raíz y semilla,
del Infinito desciende para habitarnos.

Entrega la rosa del amor perfecto
llena sus manos
con el polvo de las estrellas
para rociar el dolor de los humildes.
plácida lluvia
sobre los campos de los angustiados
brazada de sarmientos
para el fuego de los necesitados.

Y lo dejamos solo
bajo un sicomoro.

En la tierra Cristo nació y creció
como un árbol de libertad a cuya sombra
podemos sentarnos
todos los desheredados del mundo.


VERSIÓN AL CATALÁN POR EL POETA Y FILÓLOGO PERE BESSÓ

JESUCRIST

Toca el cor mateix de l'home,
deixa al seu pas arrel i semença,
de l'Infinit descendeix per habitar-nos.

Lliura la rosa de l'amor perfecte
ompli les seues mans
amb la pols de les estrelles
per a ruixar el dolor dels humils.
plàcida pluja
damunt dels camps dels angoixats
braçada de sarments
per al foc dels necessitats.

I el deixem sol
davall d'un sicomor.

En la terra Crist nasqué i cresqué
com un arbre de libertat a l'ombra del qual
podem asseure'ns
els desheretats del món.

LA ÚLTIMA TARDE, cuento de MERCEDES SAENZ



LA ÚLTIMA TARDE


Se cruzó de piernas cómo suele hacerlo. Un ruido imperceptible desvió sus ojos, el cigarrillo cómo un insecto pesado voló del cenicero. Lo tomó con las brazas mirando hacia él. Ese lo apagó para siempre.
Se levantó de escribir y salió a despedir y una leve tarde la que se iba húmeda en pasto.
No gravitaban los colores en esos círculos que parecen jugar silbando en el cielo con un resto de luz, no decían nada.
Bueno, hoy nada.
Hoy, las letras se deslizaban por el camino del desconcierto, enfilaban para algún lado para no detenerse en el humo de la pipa con las volutas que suelen hacer poemas sin que nadie les diga.
No sabía cómo, con qué argumentos sostener la última tarde que pensaba escribirle.
Que no se haga silencio por favor, es lo único que pedía mirando al cielo y al piso, frotándose las manos. Buscando algún movimiento que lo detenga un rato, más.
Lo que está debajo de la piel si no se escribe se vuelve grito.
Nunca había conocido una mujer con tanta luz blanca.
Después de haber estado cuatro años en el Uruguay volvió a la Argentina. Con otra cara y otro nombre y con esa esa mujer que en unos minutos saldría del baño vestida de blanco impecable y con una toalla en la cabeza, que sin saberlo ella le había llenado cada hueco del infierno que él había dejado en los campos de detención de los pedazos de hombres que estaban en las cuevas de la dictadura.
Años juntos con la mujer de luz fueron de amor y de lucha-típica y doméstica- en dónde hubo secretos, códigos, felices claves en los ojos incapaces de leerse desde afuera.
Nunca se animó a decírselo a la mujer de luz blanca. Parecía esos hombres que porque sí se sientan en algún banco de plaza a conversar con un anciano.

La única condición que puso para entregarse era que jamás la mujer de luz blanca supiera nada. Entonces decidió no escribirle.
Golpeó la puerta del baño y ella se asomó con una bata impecable y otra toalla blanca también en la cabeza que asomó por la puerta a medio abrir.
- ¿Que? dijo suavemente-
- Sacate la toalla del pelo.
-¿Por?
- Me gusta verte el pelo mojado.
-Ya salgo.
- No, un segundo, ahora, estaba por escribir algo y antes quería verte el pelo.
-Bueno, sonrió y un pelo enredado y húmedo largó sonrió con ella.
- No te apures, ya tengo la imagen que quiero. Ella cerró la puerta con una risa franca que apenas se oyó.
Se dirigió a la puerta de la salida, sintió su trasero húmedo junto a una escuálida sensación de emociones. Ofrenda de consuelo tal vez.
Afuera en un auto lo esperaban tres sobrevivientes de algún pozo negro, de esos en dónde él mismo había cortado la muerte en pedacitos, en dónde más de una vez le pidieron al menos un minuto de respiro antes de que expirar sea la última palabra. La justicia esta vez iba a ser decidida por los que no la tuvieron.
El auto arrancó despacio y silencioso y ya ni siquiera pudo apoyar la cara contra el vidrio, el golpazo aplastó su nariz contra un plástico que empezaba a entibiarse por las primeras gotas de sangre.
Cuándo ella saliera del baño terminaría la última tarde. Nunca sabría la mujer de luz blanca que se entregó a la gente que él tuvo en cautiverio , mientras el pelo empezaba a humedecerse desapareciendo lo último que los ojos le escribieron, inocentemente se sentó al sol que empezó a secarlo en silencio.
MERCEDES SAENZ

ANGELELLI, OBISPO, MÁRTIR Y POETA



MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI, MÁRTIR
ARGENTIINA (1923-1976)

“Acabo de recorrer los caminos de La Rioja. En uno de ellos me encontré con una columna de leñadores que llevaban a un muerto en una angarilla, sobre sus hombros. Me detuve y les pregunté qué hacían: ‘Llevamos a enterrar a un compañero muerto’. ‘¿Cómo, así, sin ataúd?’, les pregunté. ‘Sí, monseñor’, me respondió un humilde trabajador: no nos alcanzó el dinero que teníamos para comprar un cajón’". Y entonces la voz del obispo ANGELELLI tronó en el templo al proseguir el relato: "Yo me pregunto, ¿en qué país injusto y deshonesto vivimos que ni siquiera los trabajadores de la madera pueden poner sus muertos en ataúdes para sepultarlos? ¡Qué país inmensamente pecador!", finalizó.

De inmediato, los jefes militares, con sus esposas, se retiraron del templo porque tomaron esas palabras del púlpito como una crítica a la dictadura de Videla. Pocos días después, los dos mejores sacerdotes de ANGELELLI eran muertos a balazos y él mismo perdía la vida en un escenificado "accidente" y su cuerpo quedaría en un camino de La Rioja, mirando el cielo y con los brazos abiertos, como aquel Jesús en la cruz.
OSVALDO BAYER


Hace 32 años ( 4 de Agosto de 1976) que quiénes lo mataron no logran todavía matar su muerte…
No obstante el clamor popular lo proclama ¡¡¡ el Obispo Mártir!!!



ANGELELLI DE TODOS
“ ¿ Hay que romper la memoria
para que se vacíe como un vaso roto?”
JUAN GELMAN

La muerte y su ulular silencioso
se cierne sobre la ruta
no se ve
en sigilos negros . . . acucia,
quiere dominar
trastornar
destruir
anuda hilos en trampa artera
el sol se resiste a salir
en profecía de arrebato,
la sangre es derramada
por la maquinaria del terror.

En los cántaros de la memoria
el pueblo
en quebradas y llanos
ve a Enrique resurgir en estrella.

MARITA RAGOZZA DE MANDRINI

HIROSHIMA



EL HONGO DE LA BOMBA – A . . .

Oh Hibakushas!
Sobrevivientes de la bomba- A
Decidnos que digamos ¡vean lo que Adán hizo a Adán . . .!
Voces de la vergüenza mundial, espejos contra las armas nucleares
¡ahora y por siempre vivid! Sed mi poesía:
Nagasaki, Hiroshima
¡Nunca más!
Paren
la bomba
el suicidio universal


MASHROOM THE A-BOMB . . .

Oh Hibakushas!
Survivors of the A –bomb,
Tell us to tell them “ see what Adam has done to Adam . .. !
Es of the world’s shame, mirrors against nuclear arms
Now and forever live on! Be me poetry:
Nagasaki, Hiroshima
Never
Again!
Stop
the bomb,
the universal suicide!


AUTOR : Ernesto KAHAN .
Obra: “ Genocidio “- Página 73-
Published by Nihon Tosho Center Co., LTD , TOKYO

EL TESORO DE LA VIDA




«En aquel tiempo, dijo Jesús: se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo esconde y, lleno de alegría, va vende todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece al comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, va vende todo lo que tiene y la compra. El Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces; cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y echan los buenos en cestos y los malos los tiran».


Lectura del libro primero de los Reyes:


«En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras. Respondió Salomón: Señor Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil, para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso? Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello y Dios le dijo: Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti».


El texto relata el diálogo entre Dios y Salomón. Su finalidad es legitimar el reinado de Salomón en Israel. Es importante reseñar la armónica conjunción entre la petición del rey y la concesión divina.Salomón pide sólo lo que agrada a Dios. Ello significa que reconoce su impotencia por su inmadura juventud y que, al sentirse incapaz de gobernar, necesita ayuda y apertura para captar la compleja realidad y la busca con responsabilidad, para su misión.


Pide "un corazón sabio e inteligente", serenidad ante los sinsabores y tinieblas de la existencia y confianza profunda en los hombres y en Dios. Sólo así, el poder político podrá ser reflejo del poder divino, sólo así, será un "servidor".La petición de Salomón sirve de ejemplo, para todos los hombres públicos. No pide dominio, triunfos ni riquezas, sino algo sencillo, pero muy difícil: sabiduría y conocimiento, para distinguir el bien y el mal; lucidez para ver la verdad en provecho de su pueblo. En saber escuchar a su gente, consistió la gran sabiduría de este monarca.No obstante, el reinado de Salomón, desde la consideración histórica, no fue tan modélico, dejó mucho que desear. El pueblo lo ensalzó en la idealización de un rey sabio, gran sucesor de David, gran gobernante y administrador del reino, pero son muy notorios, los errores y tropiezos, las sombras en su vida. En efecto, consiguió la sucesión al trono por los manejos femeninos e intrigas de su madre, que logró engatusar a David y a la casta sacerdotal. Y luego, como rey, oprimió al mísero pueblo con impuestos desorbitados, para sus empresas militares y grandes construcciones; se ocupó de la gloria de su reinado, no del pueblo. Salomón no fue un rey ejemplar.


A pesar de ello, el autor bíblico le concede un puesto muy importante en la historia de Israel. Le dedica, en el relato, gran amplitud y magnifica su reinado como testimonio efectivo de la fidelidad divina a las promesas dinásticas hechas a David (II Sam 7). En apoyo de esta idea teológica, el autor, incluso, trata de ocultar los fracasos de Salomón.


Sin duda, la dirección política o religiosa de un pueblo es una misión de envergadura y de suma importancia, se entiende que el rey se sienta impotente. Pero la impotencia debe ser sincera, nunca hipócrita, para provocar entusiasta indulgencia. El pueblo está harto, cansado de promesas falsas y engaños electorales, quiere esfuerzo en la tarea y auténtico servicio en el bien común y no en sus mezquinos intereses. Gobernar es impulsar la cooperación, la ayuda sincera, sin mirar el color político o la ideología; es un servicio, no un privilegio; es indispensable escuchar al pueblo, ver y oír atento la compleja realidad política y religiosa de la gente, velar por sus auténticos intereses y darles respuesta.


Es detectar la verdad, ir con la verdad y trabajar y confiar en el hombre; ser servidor de la verdad y no cacique. “Da a tu siervo un corazón dócil”, significa la actitud de escuchar; creyente es el que oye y practica la palabra de Dios. Por esto, cada lectura de la misa acaba con un grito de atención: "Palabra de Dios". Jesús, decía: "El que tenga oídos, que oiga" (Mt 13,9-43), llamaba a escuchar, a reflexionar sobre la palabra oída, a dejar que penetrase en el corazón, para realizar su acción iluminadora y transformadora, como la semilla, como la levadura. Pero es difícil escuchar, pues, todo viene de la "palabra plantada en vosotros, capaz de salvar vuestras almas" (St 1,21).


Dios concede a Salomón el don de juicio y gobierno y le añade además la riqueza y la gloria que él no había pedido. Así, Jesús dirá luego: «Buscad primero el Reino y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura» (Mt 6,33). La promesa de una larga vida, sin embargo, la condiciona Dios a la fidelidad en el cumplimiento de los mandamientos.


SALMO RESPONSORIAL


«Mi porción es el Señor, he resuelto guardar tus palabras. Más estimo yo los preceptos de tu boca, que miles de monedas de oro y plata.Que tu voluntad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo; cuando me alcance tu compasión, viviré, y mis delicias serán tu voluntad».


Lectura de la carta San Pablo a los Romanos:


« Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó».


En este capítulo de Romanos, fluye un racimo ascendente de ideas y sentimientos que culminan la exposición del Apóstol y constituyen un punto esencial de la literatura paulina. La clave es más emocional y cristológica, que discursiva y teológica. El cristiano está llamado por Dios, su vocación es vivir el hecho salvífico, iniciado por Cristo en el proceso de su muerte y resurrección; ha dar vida a los hermanos, entre los que Jesús es el primogénito. Esta es la predestinación de la que habla Pablo, a eso nos ha destinado y por eso nos ha justificado; la justificación es liberación del pecado y creación de una nueva forma de existencia.


El Espíritu hace posible que el cristiano llame a Dios, Padre, lo que significa que el cristiano no es un huérfano en un universo fatalista; vive un espacio existencial insospechado, porque el amor de un Padre, que es Dios, lo circunda. Quienes aman a Dios entran en un proceso vital, que tiene como garantía al mismo Señor.San Pablo habla de la salvación amplia y universal; no la reduce sólo a los cristianos, los elegidos de Dios.


Su perspectiva no es escatológica, sino intramundana; piensa en la construcción, aquí y ahora, de una nueva sociedad.


Afirma que la justificación está ya realizada y, con ella, la glorificación. De hecho, el creer en Jesús es vivir su Vida Nueva y ello fundado en la amistad e intimidad con Dios. En esa glorificación, mana también la esperanza, certeza y seguridad en la vida del hombre inserta en Jesucristo y en el amor a Dios.


"A los que aman a Dios todo les sirve para el bien". Estas palabras brotan de la fe, el creyente está seguro de que nada lo puede apartar de Cristo, que tanto nos ama. La fe siempre es fuente de alegría íntima, de estabilidad interior, de seguridad profunda. Hoy que tantos hay sumidos en contrariedad e inestabilidad pueden saberse cimentados sobre la roca (Mt 7,25-35) en Cristo, fuente de consuelo y gozo. El final del texto apunta la divinización y gloria del cristiano: "Dios lo ha conocido", es decir, lo ha amado; "lo ha destinado a ser imagen de su Hijo", al tomar la iniciativa de esta transformación; la respuesta es la fe activa, que produce la gracia de la "justificación", que es participar en su propia vida y, por consiguiente, en la gloria que nos ha dado.


EL EVANGELIO, según San Mateo, relata hoy, en un lenguaje puramente figurativo, tres parábolas que recogen imágenes apocalípticas populares de las costumbres y hábitos de la época de Jesús. El proceder con el tesoro encontrado refleja la legislación hebrea del momento; si, en efecto, el hombre lo hubiera declarado inmediatamente, habría sido para el propietario del terreno.Jesús con estas parábolas, interpela a los discípulos, que son los que escuchan el sermón de la montaña y lo ponen en práctica; son quienes han tomado opción por el Reino de los cielos. Les hace una reflexión sobre la "actitud ejemplar" que han de procurar al descubrir el Reino; los invita a distinguir su valor supremo dentro de una escala de valores.


Las dos primeras parábolas, coincidentes en el mismo trasfondo, indican que, el que encuentra algo valioso, va y vende cuanto tiene para conseguirlo. La tercera, que añade su explicación, trata de pesca y de selección del pescado; expresa la misma idea que la parábola de la cizaña y su aplicación escatológica de que, igual que el hombre separa lo bueno de lo malo, el Juez Supremo lo hará también con los justos y los impíos; y eso no es el discípulo quién ha de determinarlo, es competencia exclusiva de Dios.


La parábola no tiene, pues, sentido conminatorio, sino disuasivo; no busca amenazar con un castigo, sino mover al discípulo a actuar con rectitud. En el Pueblo de Dios puede crecer la cizaña y aparecer peces desechables que obstaculicen la utopía del Reino. Los peces malos tal vez sean personas éticamente buenas, como eran los fariseos, perfectos e intachables cumplidores de la ley de conciencia, pero son fundamentalistas, cizaña y malos peces. Aquí, la división en buenos y malos no es de naturaleza ética, sino religiosa. Al final, les pregunta: ¿Habéis entendido todo esto?


Y Mateo, señalando que los discípulos son los que entienden a Jesús, da la respuesta. La enseñanza finaliza con una observación sobre la tarea y función del discípulo en cuanto persona experta en la interpretación de la Biblia, por lo que el término letrado designa, en efecto, al discípulo; muy probablemente, ello oculta una crítica a los sabios y entendidos judíos. En la referencia a lo antiguo, se adivina fácilmente que es la tradición; y lo nuevo, el descubrimiento de Jesús y la comprensión de la perspectiva abierta por su palabra y su obra.Estas parábolas exhortan al discípulo de Jesús a adoptar una escala de valores, le muestran cuál debe ser su condición y calidad de actuación. “Vosotros, ante todo, buscad el Reino de Dios (Mt 6,33), ahí está el valor primordial, para todo el que quiera seguir a Jesús; el que lo encuentra, corre lleno de alegría, lo deja todo y se queda con Él.


El Reino es el regalo más increíble del amor del Padre, es lo único que trasmite la verdadera alegría, la alegría que vale más que la vida. El amor del Padre, que se nos da en Jesús, es el mayor tesoro del cristiano; el hallazgo lo llena de alegría, corre, da todo lo que tiene y lo acoge de modo que nada ni nadie pueda apartarlo del amor del Padre manifestado en Cristo Jesús. Sólo Dios y su Reino pueden sostener la verdadera alegría.


Santa Teresa, que sabía mucho de alegría, escribió: “Quien a Dios tiene / Nada le falta/ Sólo Dios basta”. Sólo Él, porque es la causa de nuestra vida; la unión con Dios mediante Jesucristo es el centro del Reino en esta tierra y en el cielo.


Jesús proclamó en Galilea la llegada del reinado de Dios, en efecto, el contenido de su Evangelio. Enseñó tal misterio en el lenguaje de la gente, con hermosas parábolas, que trasmitían, a través del símil y comparación, “el Reino se parece a” “es semejante a” o “sucede como”, la idea del Reino. El Maestro indica que no es una posesión, una propiedad adquirida, sino un encuentro que obliga a una decisión, a enrolarse decididamente en una dinámica y comenzar a vivir una vida nueva. Es la Buena Noticia que trae. Entrar en el reinado de Dios es tomar parte en la historia de salvación. Se trata de una vida insospechada, que no se alcanza por méritos y trabajos, sino, sólo, por un encuentro y adquisición verdaderamente gratuitos. De ahí, la gran alegría, porque es inapreciable, no tiene precio; un bien que no se puede comprar ni producir, es realmente lo que vale.


El hombre busca el tesoro de su vida, no sabe dónde está, ni tan siquiera si existe, sólo sabe que lo necesita, que siente la inquietud en su interior: "Donde está tu tesoro allí está tu corazón".
Busca incesantemente, anda desorientado y errático, se agarra al dinero, al poder, a la fama, a la droga, etc., pero el verdadero tesoro no está en esas cosas, sino el mismo Dios. Escondido en nuestro mundo, cubierto por la carne crucificada de Jesús de Nazaret, oculto entre los pobres, identificado con ellos, está el tesoro ansiado. Es ahí donde Dios se ofrece a los que lo buscan. Dios mismo se hace el encontradizo en el oprimido, en el desechado, aquí en medio de nosotros, en el hermano necesitado, en Jesucristo. Ahí está el tesoro escondido que da sentido a su vida, es el amor de Jesús, el tesoro del hombre.


CAMILO VALVERDE MUDARRA
CATEDRÁTICO D ELENGUA Y LITERRATURA ESPAÑOLAS
DIPLOMADO EN CIENCIAS BÍBLICAS
POETA