ESPÍRITU EN LA RED

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Wednesday, February 21, 2007

VIOLENCIA URBANA


VIOLENCIA URBANA

Cayó muerto y lo llevaron,
silueta de Mar Rojo
manchó la vereda
miles de pies la pisaron.

Sólo el árbol de la esquina
testigo silente
con su mano leñosa
unió los dedos de sus ramas
y elevó al cielo un ruego penitente.


MARITA RAGOZZA DE MANDRINI

Caridad


Caridad

Aunque detente el don más fascinante
sin caridad, seré voz que bosteza;
aunque ostente la ciencia y la certeza
sin caridad, seré bronce sonante.

Aunque tenga la fe más aplastante,
done, a los pobres, bienes y riqueza
y dé mi cuerpo al fuego con grandeza,
si ando sin caridad, todo es sobrante.

El amor es servicio, paz, piedad;
no se engríe, no ofende, no se irrita,
lo acata todo, todo lo supera.

La caridad exulta en la verdad,
no envidia, no avasalla, el mal evita,
todo lo excusa, todo lo tolera.

Camilo Valverde Mudarra

EL AMOR MÁS GRANDE


EL AMOR MÁS GRANDE

“Nadie tiene un amor más grande que
el que ofrece su vida por el amigo”
(Jn 15,13).
“Esto os mando: Amaos unos a otros”
(Jn 15,17).




Lavatorio de pies por parte de Jesús a los Apóstoles en la Ultima Cena


La autenticidad de ser cristiano se halla en la conexión e interrelación con la práctica de la fe y del amor mutuo; fe y amor son dos aspectos inseparables de un criterio único, que debe servir de referencia para descubrir su identidad y valorar su realización en la vida cotidiana.
En las páginas del N. T. el amor cristiano se esboza como el ideal y el signo distintivo de los dis­cípulos de Jesús. El amor es la base que sustenta la esencia cristiana: el que ama a sus hermanos y vive entregado en su servicio es un verdadero cristiano; muestra que ha entendido el seguimiento auténtico del Maestro de Nazaret que amó a los suyos hasta el fin, que por amor a la humanidad vino al mundo, se hizo voluntariamente Siervo de los siervos, hasta el acto supremo de dar su vida como cordero sacrificial y víctima propiciatoria. El que no ama vive muerto; quien no tiene amor permanece en la muerte y no puede tenerse por cristiano, de ningún modo entra en el discipulado de Cristo.
El Sumo Pontífice Benedicto XVI, en su carta encíclica Deus charitas est, dice:
1. «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo Único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compendian el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31).
Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.En un mundo en el cual a veces se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la violencia, éste es un mensaje de gran actualidad y con un significado muy concreto.

El amor más grande

La doctrina de Jesucristo se centra toda en el amor: “Amaos, como yo os he amado”. Exige el amor más grande, “como yo” significa captar y asimilar el amor de Jesucristo, amar en el grado sumo, el de entregar la propia vida en sacrificio oferente. Exhorta a los discípulos a una vida de amor grande y concreto, en una meta muy alta; han de amar, pero de un modo semejante al suyo. Todas sus palabras en el discurso de la úl­tima cena van dirigidas a inculcarles, con su vibrante exhortación, el amor.
Desde el principio, en el fondo de sus sermones, Jesús insta a sus discípulos a poner en práctica esta enseñanza en su comunidad, durante su ausencia; por eso les dice: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Que como yo os he amado, así también os améis unos a otros. En esto reconocerán todos que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros" (Jn 13,34). Este precepto del amor es el llamado "Man­damiento Nuevo", ya que nunca se había exigido nada semejante antes de la venida de Cristo. Realmente, Jesús exige a sus discípulos el amor más grande, que se amen hasta el signo supremo de hacer donación de su propia vida, como lo hizo él (Jn 13,1ss); sin duda alguna, nadie tiene un amor más grande que el que ofrece su vida por el amigo (Jn 15,13).
El precepto fundamental, el único punto, la única regla que hay que retener y practicar es el AMOR. “Ama y haz lo que quieras”, decía S. Agustín. Nuestro cristianismo es la religión más sencilla y la más concreta, porque se reduce sólo a un mandamiento:

Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros. Como yo os amé, así también vosotros amaos mutuamente. En esto reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros” (Jn 13,34-35).

Uno sólo, único, en él se encierra toda la ley. Comprende todos los preceptos, toda la esencia de cualquier “Constitución” del mundo y todos los tratados éticos. Es la lección que perfectamente aprendieron los apóstoles de labios del Maestro Evocado por la ambición de los Apóstoles por los primeros puestos en el Reino, que provocó que, con la parábola en acción del lavatorio de los pies, los aleccionase en la caridad; dentro del último y más íntimo discurso de Jesús a sus discípulos el hecho ejemplar del lavatorio de los pies forma un dístico con la unción de Betania, que, según los evangelistas, esta historia sería contada “en memoria de la mujer”, así como en Lc 22,19 la Eucaristía se “repetirá “en memoria de Él”; les exhorta que, a imitación suya, realicen este acto humilde de servicio mutuo; como expresión de amor perfecto, de disposición a servir y perdonar al próximo, el lavatorio se integra en la celebración eucarística; aunque, sacramentalmente, viene a ser símbolo del bautismo por el que se lava, se purifica el pecado y se renace a la nueva vida en el Espíritu (Jn 3,3-8). Todos los Apóstoles asimilaron bien su enseñanza, como vemos en sus cartas. Así San Pedro insta con pasión: "Amaos unos a otros entrañablemente, amad a los hermanos. Temed a Dios (1 Pe 1,22; 2,17).

Un nuevo mandamiento

Es “nuevo” en la formulación de Jesucristo, que lo carga de unas nuevas y contundentes connotaciones, que no tenía en el A.T.: "Sabéis que se dijo: 'Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo'" (Mt 5,43); no es el amor al simple y exclusivo prójimo judío, como era en Israel (Lev 19,18), sino un amor universal fundado en Dios: amor a los hombres “como Yo amé”, al ser tan arraigado el egoísmo del hombre, la caridad al prójimo indica que procede del cielo, es un don de Cristo; por la reducción de obligaciones reglamentadas en el judaísmo que se quedan en uno sólo, nuevo y único: amor a Dios y al prójimo; y porque ahora el amor tiene un referente asequible y práctico que es el propio Jesucristo: "amaos como yo os he amado"; y tal amor ha de ser el distintivo característico de sus discípulos: "Os reconocerán en que os amáis". El Maestro de Nazaret sólo exige cumplir el mandamiento del amor, aferrándose a la fe: "a todos los que creen en su nombre, les da el ser hijos de Dios" (Jn 1,12). Sólo son importantes dos cosas: la fe y el amor. La fe se activa por el amor (Gal 5,11).
La novedad estriba en su triple causa:

a) Los discípulos fueron amados primero (1 Jn 4,19);
b) Dios manifestó su amor al mundo (Jn 3,16),
c) Cristo es la causa eficiente, amó a los suyos hasta la muerte (Jn 13,1); el amor es signo del alma de Cristo. Sólo quien es amado y se siente amado, es capaz de amar. Es un amor de comunicación y de sacrificio. El amor mutuo debe ser manifestativo del amor que Dios tiene al hombre.

Según el texto de San Juan, las Palabras del Maestro en su discurso de despedida, no son un consejo que les da, sino un “mandamiento” y “nuevo”: el amor al prójimo.
El Mandamiento nuevo es la mayor herencia y la última recomendación de Jesús a los discípulos a punto ya de pasar consciente y voluntariamente de este mundo al Padre. El amor a los demás, un amor corporativo, total y vivo que impele hasta dar la vida por los hombres hermanos será el distintivo, el emblema de los cristianos. Pero, desgraciadamente, a muchos se nos ha caído en el vaivén de estos últimos diecisiete siglos o nos lo ha arrebatado el bienestar institucional y el hombre del siglo veintiuno nos mira de reojo y con desdén porque no se nos ve, no nos distingue nuestro mejor signo y señal: “El que conoce mis mandatos y los guarda, ese me ama y al que me ama lo amará mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Jn 14,21).
La norma, pues, es el amor. La única Ley es amar a los demás, amar al prójimo intensamente en toda ocasión, sin límites, porque Dios nos ama. Eso es lo que Jesús hace, escucha al Padre, aprende y actúa de la misma forma. El mandamiento del amor es el carnet de identidad de los verdaderos discípulos, el contrato de amor de la nueva alianza firmado en el nuevo Sinaí; su medida está marcada por el amor de Jesucristo, no por aquel con que amamos nosotros, que hemos de llevarlo sobre nuestros cuerpos, escrito en nuestros corazones, en nuestras vidas, hogares y ciudades (Dt 6,4-9). Que los hombres, siglo a siglo, hayamos complicado la orientación con fórmulas, alharacas y liturgias, cargado de afecciones y organizaciones humanas y plegado a directrices civiles, no impide que volvamos nuestro espíritu y lo sumerjamos única y exclusivamente en el Evangelio, en la doctrina y enseñanza escuetas de la palabra concreta de Jesucristo. Ser discípulo de Cristo es estar revestido del amor, expandir amor en toda acción, situación y palabra. “Mirad cómo se aman entre sí y cómo están dispuestos a morir unos por otros”, decían los paganos de los primeros cristianos jerosolimitanos, refiere Tertuliano, que “tenían un solo corazón y una sola alma” (He 4,32). Y Minucio Felix reflejando el estupor de los gentiles, añade: “Se aman aun antes de conocerse”. El cristiano ha de ser el mismo amor; ha de ser imagen auténtica de Jesucristo, que perdona siempre, que cura siempre, que acoge y ama siempre: Quiero, sé limpio, ve y no peques más.
Hay páginas en la Biblia, que expresan un simple aspecto filantrópico, como la sentencia sapiencial de Si13,15ss, en que el amor al pró­jimo se considera como un fenómeno natural; sin embargo, el amor al prójimo tiene prevalentemente moti­vación religiosa; se inserta en la vivencia sal­vífica del éxodo y se basa en el amor del Hijo de Dios hacia el hombre. El germen del amor al prójimo es ciertamente de carácter sobrenatural, pues viene dado como precepto del Señor (Lev 19,18; Mt 5,43; 22,39), e incluso, en otros pasajes, el amor al hermano se funda en el amor a Dios, por lo que este segundo mandamiento es considerado semejante al primero (Mt 22,39). Por ese motivo, San Juan llega a afirmar que el amor a Dios y al hermano corren parejos, tienen la misma raíz. El amor auténtico al prójimo está ligado al amor a Dios.
La relación religiosa con Dios está ínti­mamente vinculada al comportamien­to con el prójimo desde los textos más antiguos de la Sagrada Escritura. El decálogo une los deberes para con el Señor y para con los hermanos (Éx 20,1-17; Dt 5,6-21). Además, muchas veces el amor al prójimo en la Biblia se fun­damenta en la conducta de Dios: hay que portarse con amor, porque el Se­ñor ha amado a esas personas (Dt 10,18s; Mt 5,44s.48; Le 6,35s; 1Jn 4,10s). Por consiguiente, no es cuestión de mera solidaridad humana o de filantropía, pues la causalidad del amor al prójimo es de carácter histórico-­salvífico o sobrenatural.

Camilo Valverde Mudarra
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Catedrático de Lengua y Literatura Españolas,
Diplomado en Ciencias Bíblicas y poeta.

EL TROMPO


EL TROMPO

Dedicado a mis hermanos, los Poetas
por el DR ERNESTO KAHAN Vicepresidente de IFLAC.



Publicado en Abril 2005 en IFLAC-ESP.
Moderadora del sitio: MARÍA CRISTINA AZCONA, Directora de IFLAC
(FORO Internacional de Literatura y Cultura por la Paz, rama argentina


Gira,
trompo
y opta para cuando te detengas
el lado que ama la vida! ¡Su luz irradia!
Vivencia las voces del mundo, las voces de sus viudas,
las de los ecos que vienen de la historia del hombre, las de sus
pueblos,

las de los que ansían vivir sin el sordo dolor del hambre y su
pesadilla.
Persecuciones y muertes por las guerras.
La permanente tortura...
Sí!
Renace con lápices, perfumes de colores y notas musicales,
dibuja nuestra presencia intelectual y trata de ser aire
sin las partículas del mal y puro como debe ser
para respirar simple y comer en la tierra
y abolir las palabras que matan
¡Esas armas de violencia!
¡Sí!
¡Opta ser semilla
y mi alma,aferra!

GRAN HERMANO


GRAN HERMANO

Publicado en IFLAC-ESP, por CRISTINA MONTERO


Experimento nazi,lo más degradante de este neototalitarismo mediático está en la masiva indignificación que implica asomarse a espiar por la mirilla que ofrece la televisión. Convertirse en el ojo minucioso es indigno, porque implica ejercitar una curiosidad vacía y obscena.

Claudio Fantini

Especial


En un fervoroso discurso antifascista pronunciado en 1923, Georgio Amendola utilizó por primera vez la palabra "totalitarismo", poco después reivindicada por el propio Mussolini. Pero fue Gentile, en su libro La doctrina fascista, quien desarrolló el concepto para arribar al enunciado teórico de que absolutamente todo debe estar dentro del Estado, y nada por fuera ni en contra de él.


Retomando la intención del dirigente antifascista italiano que inauguró el término para describir un sistema al que consideraba aberrante y monstruoso, profundizaron el análisis del totalitarismo pensadores como Hannah Arendt y Raymond Aron, y teóricos como Zbigniew Brzezinski; mientras que, en la actualidad, continúan esa línea los filósofos André Glucksman y Bernard Henry Levy.


La confluencia de visiones críticas podría resumirse en la siguiente idea: totalitario es el sistema que anula al individuo en un proceso de pérdida de libertades y derechos que termina, inexorablemente, en la abolición de la propia intimidad.


La limitación de esta mirada tan profunda y precisa, es que restringe la aplicación del concepto al Estado, al considerar que sólo la burocracia regida por el poder político puede engendrar el totalitarismo. Pues bien, la realidad actual parece demostrar que el Estado no es el único poder que puede abolir la intimidad y disolver al individuo.


El gran hermano. Con lapidaria precisión, el actor Miguel Ángel Solá respondió, al ser consultada su opinión sobre los reality shows, que son"un experimento nazi". Después de todo, en un rapto de honestidad intelectual los mismísimos creadores alemanes del primer reality show lo bautizaron con el mismo nombre con que George Orwell denominó al estado totalitario: El Gran Hermano.


En la novela 1984, el escritor británico describe como esencia del totalitarismo al miedo y a la pérdida de la intimidad. El instrumento para alcanzar la disolución del individuo, el Gran Hermano, es ese ojo minucioso con poder para asomarse "por todas las ventanas y todos los balcones".


La mirada omnipresente instala en la mente del ser espiado lo que Orwell llama "la policía del pensamiento", mecanismo de autocensura por el cual la persona reemplaza su comportamiento natural por una permanente actuación, perdiendo su dignidad y su calidad de individuo


Por lo tanto, la definición de Solá es precisa y contundente. El reality show es un experimento totalitario en el que un grupo de jóvenes renuncia a su intimidad y dignidad de persona, por miedo al peor de los males en la sociedad actual: el fracaso.


La histeria consumista reinante ha creado una disyuntiva falaz que atrapa y destruye en particular a los jóvenes. La falsa opción éxito o fracaso genera en el hombre contemporáneo el miedo atroz a ser un perdedor. Por esa desesperación algunos se aturden con drogas y alcohol, otros buscan la belleza física con cirugías, injertos silicónicos o precipitándose en la anorexia, mientras que otros llevan su vacío existencial y su temor a fracasar al altar del ojo minucioso, donde sacrifican intimidad y dignidad.


Pero lo más degradante de este neo-totalitarismo mediático está en la masiva indignificación que implica asomarse a espiar por la mirilla que ofrece la televisión. Convertirse en el ojo minucioso es indigno, porque implica ejercitar una curiosidad vacía y obscena. La curiosidad voyeurista y obtusa del ser que renuncia a protagonizar la sociedad en la que vive. De esa capitulación imperceptible surge el no-ciudadano, esa sub-persona que sólo se excita espiando a otros seres claudicantes y patéticos.


Actuar para vivir. No es casual que un actor, Miguel Ángel Solá, haya denunciado el "experimento nazi". Los que actúan personajes de ficción hoy compiten con los que actúan una naturalidad ficcional. Por eso otro granactor de cine y teatro, el español, Fernando Fernán Gómez, arribó a la profundidad de algo obvio al decir que "antes había famosos artistas o famosos deportistas o famosos científicos, etcétera, mientras que ahora hay quienes son, simplemente, famosos".


Esta nueva especie posee la fama que la escritora Rosa Montero describe como "la versión más barata, inestable y artificial del triunfo". Ese es, precisamente, el "éxito" vacío que buscan los jóvenes que huyen del "fracaso", sacrificando su intimidad y su naturalidad en el altar de la curiosidad, también vacía y gris, de la masa que se asoma por el ojo minucioso.


La misma obscena curiosidad que espió la alcoba de una casa en Río Cuarto para violar la intimidad de un cadáver. Porque tras haber sido víctima de quien la mató, la mujer asesinada fue víctima del Gran Hermano que se asomó a su vida privada para acusarla de infiel y libertina. He aquí el absurdo totalitario: la víctima se convierte en culpable por tener una intimidad que despierta el hambre de morbo, mientras que el culpable, por no tener intimidad al alcance de los medios, logra escabullirse por detrás de las cámaras. Y Nora Dalmasso se convierte en Josef K, el personaje de Kafka que en la novela El proceso es sometido a un juicio injusto y ridículo sin poder enterarse jamás de qué se lo acusaba.


Como todo poder totalitario, el totalitarismo mediático es cruel además de absurdo. Y lo demostró en el crimen de Río Cuarto, al castigar ferozmente y sin razón a dos chicos que sumaron al dolor por la muerte de la madre, la humillación por la intimidad violada y expuesta.


Este fenómeno que degrada al hombre contemporáneo en gran parte del planeta es, a la vez, causa y consecuencia de un proceso implacable de mediocrización. Como si se estuviese implementando un plan para aniquilar la soberanía intelectual de los individuos, muchos factores convergen para fomentar la mediocridad en gran escala. El oscuro complot que denuncia Saramago en su libro Ensayo sobre la ceguera, al presentar la ausencia de visión como metáfora de una ignorancia impuesta por el poder.


En definitiva, el totalitarismo a cuyo advenimiento se adelanta Ray Bradbury, del mismo modo que tiempo atrás lo habían hecho Kafka y Orwell, al describir en su novela Fahrenheit 451 el mundo oscuro y absurdo en el que los libros están prohibidos y los bomberos incendian bibliotecas.



LA FLOR DE LA PAZ


LA FLOR DE LA PAZ


Por María Cristina Azcona



Abre sus pétalos de terciopelo

Mientras la cubre gélido rocío,

Hecho de lágrimas que forman río,


De los que sufren sin tener consuelo.


Rosa el fulgor ya desvanece el frío

De su color bajo un celeste cielo.

Ya ni el dolor, el miedo o el flagelo

Sobreviven ante su aroma pío.


Quiere darnos paz bajo un sol dorado,

Esmeralda el cáliz, la faz sedosa...

Sentir que al fin el mundo está cambiado...


Flor que nos da su fruto, generosa...

¡Debería crecer sobre este prado!

¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!

"Dulce et decorum est pro patria mori…"


"Dulce et decorum est pro patria mori…"

De Andrés Aldao, publicado el 27-11-2006, en su Revista Virtual: www..artesanias.argentina.co.il

Sábado 12 de agosto, luego de la medianoche.

El calor se descuelga con ese frenesí de noche húmeda y callada en las colinas de la ciudad serrana, silenciosa, con algo de desvelo inasible, pálido. Flota el silencio en la casa, en medio de un vacío equívoco. La mujer no duerme; sigue sentada en la sala oscura esperando un llamado sin rostro. Había escuchado las noticias de la medianoche y estaba intranquila. Suena el teléfono. Levanta el tubo.

−Aló... Danny sos vos hijo ¿por dónde andás? espero que estés bien estoy contenta porque aceptaron el cese del fuego todas estas noches no podía dormirme pensando en esta maldita guerra en vos en los otros chicos temblaba por todos y por vos hijo...qué suerte que al menos van a detener la matanza y esos cañonazos me imagino que ahora todo va a estar tranquilo...Danny no sabés cuanto me preocupé cada día escuchaba las noticias hijo y cuando por la noche decían hubo víctimas de nuestro lado y no explicaban qué tipo de víctimas heridos o bajas el corazón brincaba y ya no podía dormir ni pensar vivía aterrada con una opresión en el pecho una opresión muy grande Danny no tenés idea como se me cerraba el pecho y me ahogaba y el día siguiente cuando repiqueteaba el timbre no quería abrir la puerta no no...me hacía la novela y me ponía a llorar como una desesperada...una vez fue Cata la vecina que me venía a pedir un par de cebollas le grité ¡no me toqués más el timbre! si no sabés cómo me ponía...así fueron los treinta y dos día de esta maldita guerra hijo y no me digas que no es maldita Danny porque sabés que yo leo diarios y escucho la radio todo el día y pienso... qué otra cosa puedo hacer...a veces me despierto en mitad de la noche y voy a prender la radio...papá pobre está abatido tiene más miedo que yo y a veces oye los noticiosos y se seca las lágrimas y yo le pregunto qué te pasa viejo nada nada esos pibes que mueren me dan mucha pena...decime Danny ¿ya los mandan de vuelta a casa? vos estás en esta locura desde el primer día querido hijo y a partir de entonces lo mío no es vida sabés? cuidate hijo y qué suerte que hay un cese del fuego cuidate por favor por favor llamame mañana para estar tranquila y saber que estás bien aunque hoy escuché que entraban más tropas en el Líbano pero pienso que lo hacen para asustar a los los otros bueno hijo nos vamos a ver pronto cuidate mucho mi pichón cuidate por vos por papá y mamá y por Norita que todos te extrañamos...


Domingo 13 de agosto al mediodía

El calor es insoportable, el aire está quieto. Desde la madrugada se escuchan los disparos de la artillería. La mujer recorre la casa, se arriesga y cocina la salsa para los fideos; la mirada transita cansina por pasillos oscuros y pensamientos grises. Son las trece horas. Almuerzan en silencio y las noticias hablan de combates ásperos entre los israelíes y los otros. No los quiere nombrar. Para darle fuerza a Danny, para protegerlo. Como un conjuro secreto, una súplica para darle suerte. Una mascota para el futuro, la vida de Danny. No los nombró durante los treinta y tres días de guerra. Siempre fueron los otros...suena la alarma abandonan la sala corren al refugio... Danny no llamó me preocupa que no llame él no es así sabe que me desespero...esos días que no tuvimos noticias casi me muero por la angustia y ahora pasan los minutos y el teléfono está mudo y Norita ni siquiera se levantó...mirá qué día hermoso si no fuera por esta guerra hubiésemos ido a la playa esta maldita guerra nos aguó las vacaciones en pleno verano se les ocurre salir a la guerra no me digas así viejo cómo qué ocurrencia la mía y qué hay si ellos cruzaron la frontera y se llevaron a dos soldados por eso hay que hacer una guerra mirá cuántos muertos y tenemos que estar encerrados casi todo el día en este cuarto agujero y nuestro hijo en el Líbano qué sabe este chico de guerras tiene 19 años es un chico ¿sabés? y no me discutas porque voy a reventar... treinta y tres días que no duermo que no vivo callate por favor...y Danny que no llama y me estoy por descomponer...no se podía hablar con nadie todos patriotas aunque en los últimos días la gente está podrida de esta guerra de estas explosiones bum bum de día de noche nosotros dentro de este hoyo con Norita metida allí escuchando todo el día su rock pesado y nosotros preocupados por el hermano...esta guerra nos ha envejecido viejo nos ha arruinado la vida...


Domingo 13 de agosto a las 18 horas

¿Escuchaste viejo? Quieren llegar al Litani...combates feroces contra los otros y hay bajas de nuestro lado y Danny no llamó...estoy para morirme me ahogo algo me oprime el pecho viejo qué está pasando y nuestro hijo no llamó no llores viejo no puede haberle pasado nada pero seguro que no llama porque no los dejan inventaron eso de que no tienen que telefonear por el celular por que los otros escuchan ¿vos lo creés? yo no creo más nada todos los días cambian los planes que mandan más soldados que no que esperan órdenes...estoy confundida y amargada y pensar que confiamos en éstos y le regalamos el voto pero estoy preocupada viejo Danny no llama...hay tantos soldados y que Dios me perdone por lo que pienso pero es que nuestro hijo está ante todo viejo es nuestro hijjj... sí estoy llorando claro que sí se me parte el alma y mirá qué pensamientos egoístas pobres esos chicos que todavía no empezaron a disfrutar de la vida y pobre de nosotros los padres y lo que sufrirán los padres de los caídos y la de los prisioneros qué desgracia viejo no se puede hablar con nadie son todos patriotas pero los que tenemos hijos...no sabemos si vamos volver a verlos viejo querés desgracia más grande.


Domingo 13 de agosto a la medianoche

Combates furiosos cuerpo a cuerpo, hay muchas víctimas, el ejército avanza hacia sus objetivos, no tan velozmente, pero va adelante. Tiene ocho horas para alcanzar su meta... La lucha es casa por casa y hay víctimas. Escuchan en la CNN: ...hay muchas víctimas... y el corazón parece que durmiera... apenas se perciben los latidos.


Lunes 14 de agosto, a las diez de la mañana, dos horas después del cese del fuego entre Israel y los otros.

El timbre suena alegremente.¿Ustedes son los padres, verdad? Lo sentimos mucho, señores: el soldado Daniel Geller ha caído en combate, como mueren los héroes en defensa de su patria. Reciban nuestra más sin.... y prof.... condol... bla bla bla... ■


© Andrés Aldao, septiembre de 2006


* Esta es una de las 116 historias, la última, la que ocurrió el 13 de agosto de 2006, a pocas horas de entrar en vigor el cese del fuego, cuando por una decisión del alto comando del ejército israelí murió, en una sola jornada, el 40% de todos los caídos. (Nota del autor, AA)